Echeide (morada de Guayota) es el nombre que daban antiguamente los guanches al Teide, después de una castellanización, derivó en el nombre actual, que significa "infierno".. Los guanches concebían a la montaña como el lugar que albergaba las fuerzas del mal. Según la leyenda, Guayota, el demonio del mal, secuestró a Magec, el dios de la luz y del Sol y lo encerró en el interior del volcán sumiendo a la isla en total oscuridad. En ese momento los guanches invocaron a Achamán, su dios supremo, y suplicaron su ayuda. Achamán, consiguió derrotar a Guayota. Dicen que el tapón que puso Achamán es el llamado Pan de Azúcar, el último cono, de color blanquecino, que corona el Teide.
Los numerosos escondrijos hallados en la montaña han sido interpretados como depósitos rituales. La relevancia e importancia que ha tenido y tiene el volcán radica en que incluso el nombre de la isla se debe al propio Teide. El nombre actual de la isla también guarda relación con el volcán, ya que fue puesto por los benahoritas (procedentes de La Palma) y su significado es "monte claro".
En la antigüedad los romano denominaban a la isla Nivaria, por la nieve del volcán.